Postura del arado yoga: beneficios y cómo practicar

La postura del arado, también conocida como Halasana, es una posición de yoga que forma parte de las posturas invertidas y de flexión de columna. Esta asana, que puede practicarse tanto en el Hatha Yoga como en el Ashtanga Yoga y el Vinyasa, ofrece una amplia gama de beneficios para el cuerpo y la mente.

Índice
  1. Beneficios de la postura del arado
  2. Cómo practicar la postura del arado
    1. Técnica para principiantes
    2. Detalles importantes en Halasana
  3. Halasana para alumnos avanzados
  4. Contraindicaciones de Halasana

Beneficios de la postura del arado

La postura del arado es altamente beneficiosa para el sistema nervioso, ya que estimula, tonifica y masajea los órganos abdominales. Además, proporciona un estiramiento profundo de la zona cervical, liberando la tensión acumulada en los hombros y la espalda.

Esta postura también ofrece todos los beneficios de las posturas invertidas y de flexión de columna. Ayuda a flexibilizar y tonificar la columna vertebral, fortalece la faja abdominal y estimula el flujo sanguíneo.

A nivel sutil, la postura del arado intensifica la actividad de vishuddhi chakra, el centro de energía relacionado con la comunicación y la expresión. Esto ayuda a estimular el sistema nervioso parasimpático, promoviendo la calma y la relajación, e invitando a un estado más meditativo y de interiorización.

Cómo practicar la postura del arado

Para practicar la postura del arado, sigue estos pasos:

Técnica para principiantes

  1. Comienza tumbado boca arriba sobre una esterilla, con las piernas estiradas y juntas, y los brazos extendidos a los lados del cuerpo.
  2. Inhala y eleva las piernas estiradas hasta formar un ángulo de 90 grados con respecto al suelo.
  3. Al exhalar, impúlsate hacia arriba con los abdominales y lleva las piernas por encima de la cabeza, apoyando la punta de los pies en el suelo. Puedes mantener las rodillas ligeramente dobladas al principio.
  4. Coloca las manos en el centro de la espalda para alargar la columna.
  5. Una vez estés estable en la postura, estira lentamente las piernas y empuja suavemente con los talones hacia atrás.
  6. Mantén la postura durante unos segundos, respirando profundamente.
  7. Para salir de la postura, exhala y desciende lentamente la columna vertebral, vértebra por vértebra, apoyando suavemente la espalda en el suelo.

Si eres principiante o tienes poca experiencia, puedes mantener la postura del arado durante unos pocos segundos al principio, e ir aumentando gradualmente el tiempo de práctica. En una clase de yoga, se suele mantener Halasana entre 1 y 3 minutos.

Detalles importantes en Halasana

Al practicar la postura del arado, tener en cuenta los siguientes detalles:

  • Intenta mantener los codos y los omóplatos lo más cerca posible entre sí para crear una base estable.
  • Si sientes compresión en el cuello o la garganta, puedes colocar una manta debajo de los hombros para dar espacio al cuello y realizar la postura de manera más cómoda.
  • Si no llegas con los pies al suelo, puedes utilizar un taco, una manta, un cojín o una silla para apoyar los pies y trabajar el estiramiento de la espalda y las piernas.
  • Una vez que los pies toquen el suelo y la columna esté alargada, puedes retirar las manos de la espalda y entrelazarlas, apoyándolas en el suelo.

Halasana para alumnos avanzados

Si tienes más experiencia en yoga y te sientes cómodo con la postura del arado, puedes explorar algunas variaciones para seguir avanzando en tu práctica:

  • Prueba a realizar Halasana elevando los brazos hacia el cielo mientras mantienes todas las demás acciones de la postura.
  • Lleva las manos a tocar los pies una vez estés estable en la postura.
  • Combina Halasana con otras posturas, como Upavistha Konasana y Supta Konasana.
  • Explora la transición de Halasana a Karnapidasana y luego vuelve a la postura del arado.

Contraindicaciones de Halasana

Si tienes dolores de cabeza, cuello y hombros, es recomendable evitar la práctica de Halasana. También debes evitarla si has tenido o tienes lesiones en las vértebras cervicales. En el caso de embarazo, es mejor abstenerse de realizar esta postura, especialmente en el tercer trimestre. Además, si tienes presión arterial alta, es aconsejable evitar esta asana, ya que la posición invertida puede aumentar la presión sanguínea.

Recuerda que cada cuerpo es único, por lo que es importante escuchar a tu propio organismo y adaptar la práctica de acuerdo a tus necesidades y limitaciones.

La postura del arado, Halasana, es una asana de yoga que ofrece numerosos beneficios para el cuerpo y la mente. Practicar regularmente esta postura puede ayudarte a fortalecer y flexibilizar la columna vertebral, tonificar los músculos abdominales, estimular el sistema nervioso y promover la relajación. Recuerda siempre practicar con precaución y respetar los límites de tu propio cuerpo.

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