La secta desbaratada: la lucha de pablo yoga por justicia

En la ciudad de Buenos Aires, una secta conocida como la Escuela de Yoga Buenos Aires ha sido desbaratada recientemente en un megaoperativo policial. Esta organización, también conocida como secta sociedad anónima, se dedicaba a reclutar personas y someterlas a abusos, manipulación y explotación. Uno de los primeros en denunciar estas aberraciones fue Pablo Salum, quien a sus 14 años tuvo el valor de enfrentarse a esta secta y contar su historia.

Índice
  1. El testimonio de Pablo Salum
  2. La desarticulación de la secta
  3. La lucha por justicia y la necesidad de intervención estatal

El testimonio de Pablo Salum

Pablo Salum, ahora con 44 años, ha pasado gran parte de su vida luchando por justicia y tratando de dar a conocer los terribles abusos cometidos por la Escuela de Yoga Buenos Aires. En una entrevista con LA NACION, Salum relata cómo su familia fue cooptada por esta organización cuando él tenía solo 8 años. Su madre, buscando una solución para sus problemas de salud, se acercó a la escuela de yoga en busca de respuestas.

Lo que en un principio parecía una escuela de filosofía y bienestar, pronto se convirtió en una pesadilla para Salum y su familia. La secta los obligaba a cortar lazos familiares, a ceder bienes y propiedades, e incluso a participar en actividades sexuales forzadas. Salum recuerda cómo él mismo tuvo que presenciar el abuso sexual de su madre y su hermana.

Además de los abusos sexuales, la secta también los sometía a trabajos forzados y los obligaba a generar dinero para la organización. Utilizaban técnicas de manipulación psicológica para mantener a sus seguidores bajo control y les prometían la cura de enfermedades como el SIDA y las drogas.

La desarticulación de la secta

Gracias a la valentía de Pablo Salum y otras víctimas que se atrevieron a denunciar, la Escuela de Yoga Buenos Aires fue desbaratada en un megaoperativo policial. En los allanamientos se encontraron grandes sumas de dinero, propiedades y evidencias de los abusos cometidos por la secta.

La organización está acusada de delitos como trata de personas, reducción a la servidumbre y abuso sexual. Se espera que los líderes de la secta sean indagados y enfrenten la justicia por sus crímenes.

La lucha por justicia y la necesidad de intervención estatal

Pablo Salum, junto a otras víctimas, ha dedicado gran parte de su vida a luchar por justicia y a pedir que el Estado intervenga en la lucha contra este tipo de organizaciones coercitivas. Salum asegura que la secta contaba con el apoyo de personas poderosas, como políticos y empresarios, quienes financiaban la organización y protegían a sus líderes.

Salum enfatiza que su lucha es apartidaria y no tiene color político. Su objetivo es que el Estado asuma la responsabilidad de proteger a las víctimas y desmantelar este tipo de organizaciones. Él ha sido una voz valiente en esta batalla desigual, perdiendo a su familia en el proceso, pero sin dejar de luchar por justicia.

La historia de Pablo Salum y la desarticulación de la Escuela de Yoga Buenos Aires nos muestra la importancia de denunciar y combatir las sectas coercitivas. Estas organizaciones abusan de la vulnerabilidad de las personas y las someten a abusos y manipulación. Es fundamental que el Estado intervenga y proteja a las víctimas, brindándoles el apoyo y la justicia que merecen.

El caso de Pablo Salum es solo uno de muchos, y es necesario que se siga trabajando para desmantelar estas organizaciones y prevenir que más personas caigan en sus redes. La lucha contra las sectas coercitivas requiere de la participación de todos, para garantizar un entorno más seguro y libre de abusos.

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