Yoga en la zona centro: encuentra equilibrio y paz

El yoga es una práctica milenaria que busca armonizar el cuerpo, la mente y el espíritu. En la actualidad, cada vez más personas se interesan por esta disciplina para encontrar un momento de paz y equilibrio en medio del ajetreo diario. Si estás buscando un lugar donde practicar yoga en la zona centro, has llegado al lugar indicado. En este artículo te contaremos todo lo que necesitas saber sobre el yoga en esta zona, sus beneficios y cómo empezar a practicarlo.

Índice
  1. ¿Qué significa centrarse en una clase de yoga?
  2. ¿Qué es la conexión con la tierra?
    1. Cómo comenzar a enraizar a tus estudiantes
  3. ¿Qué significa centrarse en una clase de yoga?
    1. Cómo ayudar a tus estudiantes a encontrar su centro

¿Qué significa centrarse en una clase de yoga?

Antes de adentrarnos en el yoga en la zona centro, es importante entender qué significa centrarse en una clase de yoga. Al iniciar una clase de yoga, el objetivo principal es separarnos de los eventos que ocurrieron antes de llegar a la esterilla y calmar la mente. Esto nos permite cultivar la conciencia plena y estar presentes en el momento. En palabras del Bhagavad Gita, uno de los textos sagrados del yoga:

“El yoga es el viaje del yo, a través del yo, hacia el Yo”.

Los primeros momentos de esta práctica son cruciales por varias razones. Nos ayudan a separarnos de las preocupaciones y el estrés del día a día, a aquietar la mente y a establecer un estado de equilibrio y calma que nos permitirá aprovechar al máximo la clase de yoga.

¿Qué es la conexión con la tierra?

En el yoga, la conexión con la tierra se conoce como enraizamiento o grounding en inglés. Esta conexión implica establecer una relación con la tierra a través de nuestro cuerpo físico, nuestros cuerpos sutiles y también a nivel espiritual. En nuestra práctica de yoga, enseñamos el enraizamiento a través de nuestros pies, nuestras piernas y el chakra raíz, Muladhara. Esta conexión nos permite conectar con nuestras raíces, nuestra base y nuestra tribu.

Enraizarnos a través de la tierra también nos proporciona energía. Según la tradición del yoga, la prana (energía vital) proviene de la tierra, entre otras fuentes. A medida que pasamos por la vida, nuestra prana se va agotando, y una forma de recargarla es enraizándonos en la tierra. En algunos círculos, a esta práctica también se le conoce como earthing.

En Ayurveda, la ciencia hermana del yoga, la prana también se obtiene de los alimentos que consumimos. Seguir los ciclos de la naturaleza y comer alimentos de temporada también nos ayuda a mantenernos enraizados y llenos de energía vital.

Cómo comenzar a enraizar a tus estudiantes

Si eres profesor de yoga en la zona centro y quieres enseñar a tus estudiantes a enraizarse, existen varias técnicas que puedes utilizar. Una de ellas es guiarlos a través de un escaneo corporal, invitándolos a prestar atención al peso de sus pies, piernas y caderas. A partir de ahí, puedes continuar trabajando hacia arriba, llevando su atención hacia la coronilla de la cabeza.

La visualización y la imaginación también pueden ser herramientas poderosas para enraizar a tus estudiantes. Una técnica que puedes utilizar es pedirles que visualicen sus pensamientos girando en su cabeza como un globo de nieve. Al inhalar, los pensamientos giran y flotan, y al exhalar, la nieve cae y se asienta. Con cada inhalación, visualizan más espacio entre los copos de nieve, lo que representa una disminución de los pensamientos.

Otra técnica de visualización consiste en establecer una conexión mente-cuerpo a través de la respiración. En cada inhalación, visualizan cómo se eleva su pecho, y en cada exhalación, sienten y visualizan cómo su pecho se hunde y cómo sus caderas, piernas y pies se hunden hacia abajo. Pueden decirse en silencio a sí mismos cayendo en cada exhalación.

Es común comenzar las clases de yoga con asanas (posturas) enraizantes, como Sukasana (postura fácil), Balasana (postura del niño) o Savasana (postura del cadáver). Sin embargo, incluso comenzar en Tadasana (postura de la montaña) puede ser una postura enraizante, ya que los estudiantes se conectan con la tierra a través de sus pies y piernas.

Es importante utilizar un lenguaje que invite a los estudiantes a enraizarse en la tierra, incluso si estás enseñando en un espacio interior. Puedes pedirles que visualicen sus piernas como raíces de un árbol que se conectan profundamente con la tierra.

¿Qué significa centrarse en una clase de yoga?

El centro se refiere a aquietar la mente, enfocarse en la respiración y conectarse con nuestro verdadero ser interior. Pero también puede haber conexiones físicas y a nivel de los cuerpos sutiles en este proceso.

Cuando nos referimos al centro de nuestro cuerpo, es probable que pensemos en el ombligo o en el chakra Manipura, que se encuentra a unos centímetros por encima del ombligo. Este es el centro de nuestro cuerpo energético y nos brinda nuestra intuición. Cuando estamos equilibrados, nos permite saber intuitivamente qué es lo correcto y qué no lo es.

Además del centro energético, también existe un centro físico en nuestro cuerpo. Se encuentra en lo más profundo de nuestro abdomen, un par de centímetros por debajo del ombligo y frente a las vértebras lumbares. Según la tradición del yoga, esta área es el centro de almacenamiento y regulación de la prana en nuestro cuerpo.

La respiración adecuada, con una respiración diafragmática profunda, fortalece nuestro centro físico y permite que la energía fluya correctamente.

Cómo ayudar a tus estudiantes a encontrar su centro

Al comenzar tu clase de yoga en la zona centro, puedes incluir elementos de enraizamiento y centrado. Puedes guiar a tus estudiantes a través de un ejercicio de enraizamiento antes de centrarse, invitándolos a dirigir su atención hacia su interior.

Durante la parte de centrado de tu clase, puedes guiar a los estudiantes a enfocarse en su respiración, tal vez llevándolos a través de varias rondas de pranayama. Es natural ofrecerles tiempo para establecer una intención para la clase una vez que estén enraizados y centrados, tal vez después de introducir el tema de la clase.

A lo largo de la clase, es común recordar a los estudiantes que vuelvan a centrarse. Esto puede ser tanto una instrucción para volver a una posición neutral como una invitación a volver a conectarse con su centro interior.

Al final de la clase, es igualmente importante cerrar con los estudiantes centrados y enraizados antes de pasar a Savasana. Una vez que los estudiantes se han acomodado en su postura de relajación final, puedes llevarlos al centro utilizando técnicas de pranayama.

Invítalos nuevamente a dirigir su atención hacia su interior, hacia su respiración y hacia cualquier sensación que puedan estar experimentando. Puedes pedirles que noten cómo se sienten ahora en comparación con cuando comenzaron su práctica. Tutoriallos a través de un escaneo corporal, animándolos a notar las partes de su cuerpo que están en contacto con la esterilla y la tierra.

Finalmente, considera ofrecer una cita de cierre o palabras de sabiduría de tu elección. Aquí tienes dos de mis favoritas cuando se trata de centrarse:

“Confía en la sabiduría de tu cuerpo, ya que a menudo refleja la sabiduría de tu alma.” - Melody Beattie “En el centro de tu ser, tienes la respuesta; sabes quién eres y sabes lo que quieres.” - Lao Tzu

El yoga en la zona centro es una excelente manera de encontrar equilibrio y paz en medio del ajetreo de la vida cotidiana. A través del enraizamiento y el centrado, podemos conectar con nuestra verdadera esencia y experimentar una sensación de calma y claridad mental. ¡No dudes en buscar un centro de yoga en la zona centro y comenzar tu práctica hoy mismo!

Si quieres conocer otros artículos parecidos a Yoga en la zona centro: encuentra equilibrio y paz puedes visitar la categoría Yoga en General.

Subir

Utilizamos cookies propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarte contenidos y servicios personalizados a través del análisis de la navegación. Acéptalas o configura sus preferencias. Mas información